UN FELIZ BOLSILLO LLENO DE DINERO (21 días Conectando con El Espíritu)
- Carolina Londoño Zárate
- 12 may 2018
- 2 Min. de lectura
DÍA 19

Como parte fundamental del Todo y como células de La Fuente, poseemos su esencia abundante, por lo que tenemos acceso permanente a la provisión ilimitada de la naturaleza que conforma nuestro amado planeta. Ser hijos de Dios representa tener acceso incondicional, sin límites e inmediato a toda su riqueza, porque es esa precisamente la condición del universo, ser abundante. Y como ese universo es un gran campo energético, del cual somos parte, y como también somos energía, pues con nuestra propia energía podemos crear o manifestar tal abundancia en nuestras vidas, tenemos la potestad de producir riqueza también ilimitada.
La clave fundamental está en creer en esa gran verdad, en convencernos de nuestro enorme potencial para crear de la mano del amor de Dios la vida de nuestros sueño, pues nacimos con el propósito de ser felices, a partir del desarrollo de una misión de vida y para ejecutarla tenemos todo el derecho divino a vivirla desde la opulencia, conectados siempre con nuestro espíritu, que se funde en un gran ser con el Creador Supremo.
Nacimos con la capacidad de manifestar tanta riqueza como queramos, sólo que existen pautas mentales que nos condicionan a sentirnos incapaces, a desconocer nuestro inmenso poder y creemos que la carencia o escasez es real, por lo que obstaculizamos la manifestación de las diferentes formas de abundancia posibles, entre ellas la energía del dinero.
Cuando envidiamos lo que otros tienen, bloqueamos inmediatamente cualquier deseo relacionado con la riqueza. Cuando criticamos a alguien por sus bienes materiales o sus finanzas, nos sentimos no merecedores de la opulencia y enviamos ese mensaje al universo, quien responde con la supresión del flujo de la misma a nuestras vidas.
Recordemos entonces que somos seres ricos y abundantes por nuestra naturaleza divina y, que a pesar de ser humanos, nuestra condición humana es lo único ilusorio, lo único temporal, porque nuestro espíritu es eterno y está conectado del mismo modo con La Fuente de todo lo que es, más allá de la muerte de nuestro cuerpo físico, más allá de los temores del ego y más allá de las limitaciones mentales que hemos adquirido a lo largo de nuestras vidas.
Sintámonos pues abundantes y seamos felices con lo que tenemos aquí y ahora, pues recordemos que sólo en el momento presente logramos crear el futuro soñado.
Que la luz divina brille siempre en nuestros corazones y que logremos reconocer nuestra riqueza interior, para hacerla manifiesta encada aspecto de nuestra existencia.
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